agosto

Agosto ya acabó y no he hecho el agosto, que más quisiera, al contrario este mes he librado solo cuatro días, este incluido, he superado mi récord, el motivo es puramente económico, me han pagado esos días de más en negro lo que me viene bien para arreglar los desperfectos de mi torpeza, porque hay que serlo para romperme medio diente saltando un peazo voltereta del revés, mejor no explicarlo que me parto la jeta de pensarlo.

Así que como trabajar tanto me produce insomnio he tenido buena compañía en la cama, no de la que os pensáis, que ya me gustaría ya, pero a falta de orgasmos y placeres ocultos he tenido otro tipo de orgasmos más bien mentales y otro tipo de placeres mucho más livianos que el cuerpo de alguien ante mi, bajo mi, contra mi, hacía mi…..etc, así que me han acompañado personajes surgidos de los dedos de dos madrileñas de pro, una hace tiempo que me ha acompañado desde que la leí en “las edades de lulu”, esta vez la compañía fue un trio, ya se sabe que tres son multitud, es una historia corta, desgarradora, divertida, triste, que me dejo un poco tocadita en sentido literal, por que “castillos de cartón” que por cierto la van a pasar por los cines interpretada por “la señora”, una historia de amor excesiva pero ya se sabe que las ecuaciones no son perfectas ni los números impares, porque siempre acabas por hacer el primo….

También me leí de la misma autora “estaciones de paso”, cuentos, me gustan más sus libros cortos o relatos porque no suele cometer el error que comete en los tochos libros que escribe, eso de repetir la misma situación a través de cada uno y bajo el prisma de sus personajes, y resume de forma impecable y real las emociones y sentimientos, te da la impresión de ser parte de la historia, más otro libro de cuentos de la misma autora uno de los cuales me encanto, el “vocabulario de los balcones” y el trozo de la poesía extraída de un poema de su marido, buen poeta por cierto.

De otra madrileña, autora y como la anterior comentarista de “El País” de nombre Rosa, me quedé enganchada a la historia del rey transparente, aún no he terminado pero me ha venido bien para las guardias laborales, me daba pena dejar la lectura para ir a anotar la diéresis del paciente de turno, para hacer los cambios y demás menesteres, pero la pela es la pela y contra eso….
Yo es que los libros me los leo a pares, aún no me explico como he tenido tiempo, porque estoy quemada literal y figuradamente lo primero gracias a las escapadas a la playa, piscina, solarium y con todo el calor agobiante que nos ha acompañado a las levantinas y lo segundo pues gracias a los que me pagan los garbanzos, que sí, que son como críos pero….los críos también agobian o no?

Así que me lleve el “todo Mafalda” que me regaló un amigo en mi primera operación para esos ratos que te apetece reírte porque Mafalda es genial, es un icono y por más tiempo que pase sus historias siguen vigentes y de actualidad, me encanta, y me he enganchado a esa expresión de “sos un papafrita” cosa que se me ha pegado y la suelto de vez en cuando, también lo alterno con esa otra humorista con la cual comparte nacionalidad, con Maitena, de la cual extraigo la foto que acompaña al post, porque Maitena es a las mujeres y relaciones personales lo que Quino a la política, ambos cínicos, subversivos, irónicos y con ese humor fino de los que comprenden las paradojas de la vida, un pedazo de cómic con todas las mujeres alteradas que me ha acompañado durante unos días de este mes, porque yo no leo, yo me como las palabras con ansía, tengo hambre..... sobre todo si el plato es bueno.

Aunque a fuer de ser sincera, hubiera preferido otra compañía, alguien real, con el que compartir espacio, risas, confidencias, y a la cual poder decirle lo que hace tiempo estamos….. eso ya lo contaré si surge o si en fin, yo me entiendo.

Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte.

Luis García Montero

Habitaciones separadas.