todo mentira

La paciencia es una virtud…. y un sustantivo, me digo “inténtalo por lo menos, no tienes nada que perder y puede que mucho por ganar, eso me llevo diciendo desde muy poco después de conocerte y es curioso, porque cuando empecé a hablar contigo no me llamaste la atención, no alimentaste mi curiosidad, sino que fue alimentándose de forma imperceptible con el tiempo, porque hace tiempo que hablamos, más del que llevamos viéndonos, y ahora que te veo, que he rozado tus mejillas con mis labios, ahora soy más consciente de que conocerte ha sido un accidente, un feliz accidente, porque la ilusión escoge de manera cuidadosa a sus víctimas y yo lo soy o me gusta creer que lo soy.

“cuidado con lo que deseas, que se cumplirá”. Y deseaba conocer a alguien como tú, lo que no preví fue cuándo, ni de qué manera ni el precio, porque me da que va a ser alto, porque estoy cansada de fingir, de intentar verte como una amiga, necesito unas vacaciones en el país de no pensar, porque con o sin vacaciones te pienso, porque no hay nada más real que la imaginación y en la mía vives tú.

Daría cualquier cosa por mentirme, por engañarme, por convencerme de lo contrario a mí misma, por volver a mi anterior vida, sosa, tranquila, sin altibajos emocionales, sin fantasías, porque donde todo es mentira las verdades no existen y mi verdad que eres tú no es lo que yo quisiera que fuera, porque tu no mes ves como yo te veo, porque todo el mundo echa de menos algo y no hay nada más nostálgico que añorar lo que nunca se ha tenido.

Porque me gusta mirarte, cuando no eres consciente de que lo hago, me gusta pensar que no eres consciente de mis sentimientos, me gusta observarte cuando me hablas, ver como tus labios vocalizan y sorprenderme en imaginar atrapándolos con mi boca, morder con mis dientes esos labios que se curvan en ciertas vocales, porque el sexo es tacto, el tacto más íntimo y sensual de todos, sexo invisible porque solo yo lo veo, sólo yo lo vivo, lo espoleo, le doy alas, se las corto, alimento mi imaginación de muchas maneras y tú eres el ingrediente principal, porque te pinto en mi memoria, te observo de lejos sin que te des cuenta, observo tu cuerpo moviéndose, acercándose al mío, hasta que nos reconocemos, nos saludamos y me pongo mi máscara de indiferencia, de amistad, soy consciente de que nunca pasará nada pero nadie ha muerto por soñar, por fantasear con la idea de que me rodeas por detrás con tus brazos y me besas el cuello, soplas y el cosquilleo me produce tal estremecimiento que me quedo quieta, disfrutando de la sensación de tu cercanía, porque he de comerme las ganas de verte, de llamarte, así como controlar mis manos para contener el impulso de tocarte.

Pero en casa, en la soledad de mi cuarto, atesoro y me dejo llevar por una avalancha de imágenes que se cuelan por los resquicios de mi mente, se precipitan recuerdos, fijos, luminosos como tu sonrisa, por la pendiente de mi imaginación, sé que debo ponerle freno pero al contrario, juego con ellas, te imagino a mi lado, apoyo el codo en la superficie para impulsarme y acercar mi boca a la tuya, para ver como te dejas caer lentamente de espaldas, arrastrándome contigo, separándonos para vernos con esa primera mirada de la que no se puede creer la suerte que tiene.

Y me despierto, y el vacío es más real que todo lo imaginado anteriormente, y espero el momento de volver a verte.
 
 

El estilo es la forma con la que disfrazamos o embellecemos nuestra forma de expresarnos a través de la escritura, en este caso, es un disfraz que me viene grande, diría que dos tallas más, pero me apetecía jugar a disfrazarme un poco, no sé como me ha salido porque lo he escrito a las cuatro de la mañana y en mi tercera guardia y es inventado.... o no. La verdad una vez escribo no suelo releer más que nada por vergüenza porque me lo pienso mucho a la hora de publicar....me gusta experimentar y ahí está el resultado, incoherente imagino.