A mi esos gritos de ayuda, aunque los oiga no me dicen nada, todavía no soy capaz de adivinar la proveniencia del sonido, me cuesta, así que seguí corriendo a mi compañera y al llegar al umbral de una de las habitaciones nos encontramos a la “impaciente”, tres veces que le dije que en ese momento no podía por que primero hay que acostar a los que están mal, que por pura cabezonería intento acercar la silla a la cama y desde ahí intentar impulsarse hasta el borde, pero la falta de reflejos junto a la escasa fuerza hizo que se fuera cabeza abajo, golpeándose la frente contra el suelo y raspándose con los barrotes parte del omoplato, a simple vista vimos que no era nada grave, pero el susto que me dio hizo que le empezará a pegar un rapapolvo, con palabras cariñosas, pero una buena bronca se llevo, la pobre se echó a llorar, no me riñas me decía, y yo pues claro que te riño, menudo susto me has dado, si te decimos que más tarde no es por capricho, se echo a llorar y entre cuatro la aupamos otra vez a la cama pero se tiro toda la tarde gimoteando y jurándome por estas (besando el pulgar en cruz sobre el índice) que no lo volvería a hacer.
Nos fuimos riéndonos de la tozudez de algunos, que siempre son las mismas historias, empezamos por el fondo del pasillo, habitación por habitación hasta llegar a la mitad, donde nos separamos ya que el trabajo era más llevadero y cada una iba con uno, hasta que volví a oír gritos, esta vez me paro y hago como hacéis los que lleváis toda la vida oyendo, aguzo el oído, el operado y sonrío al comprobar que viene de delante, me asomo tres habitaciones después y me encuentro con una escena graciosa, para mi, mi compañera al borde de la exasperación intentando razonar con uno que es sordo, o solo oye lo que le interesa, (como yo a veces), aparte de ser cabezota como ciertos mayores y con tendencia a refunfuñar y protestar, vamos, toda una joya, me acerco, la interrogo con la mirada, está a punto de claudicar y soltar maldiciones, me dice que no se quiere acostar, que no quiere que lo toquen, que menuda mierda de pijama le hemos puesto, le contesto que se queje en lavandería que le hemos puesto lo que había, me río, el cansancio me hace resultar graciosa, a mi compañera le tiembla la voz, le digo que se vaya que me encargo yo de él, a veces me gusta retarme a mi misma, no me llevo muy bien con él, por que ambos tenemos mucho carácter, pero me autocastigo y me obligo a ser amable, súper melosa con él, como si fuera un niño caprichoso le hablo dulcemente, no sirve de nada, me arrea un guantazo, pero como ya nos conocemos me da tiempo a esquivar parte del golpe, suspiro, me aparto de él y al rato hago como si no hubiera sucedido nada, pero le digo con mi voz más autoritaria que puedo…. Otra como está y te llevo a enfermería, tú mismo.
A los cinco minutos ya lo tengo acostado, es increíble, es lo mismo que piensa mi compañera cuando me ve aparecer por la otra habitación, ya queda menos, miro el reloj, una hora, terminamos de recoger la ropa sucia, un par de recados más, pongo cinturones limpios en las sillas, voy a echar una ojeada a la que se cayó, que en cuando me ve entrar redobla los ayes, los gemidos, los te lo juros, y finalmente tras comprobar que no está grave, me bajo al office dónde están todas cenando, no sé si adelantar el trabajo de la noche y copiar las carpetas o cenar con ellas, miro el menú, coliflor hervida y catalana de tomate, mmmm, me decido, caliento en el micro la coliflor y me cojo un poco de tomate y me siento, suspiros, qué bueno está todo, nos reímos, comentamos anécdotas, llegan las del turno de noche, seguimos con las coñas y olvidándome de decirles a las de noche que yo doblo sigo cenando.
Al rato, una de las compañeras de la noche comenta un…. raro, que la de la noche aún no haya venido, hasta que veo que muchas miradas me observan, unas con incredulidad, que vas a doblar? Joder, tas flipa tu, con las noches que llevas, le digo que lo hago por la comida de reyes, vale, me dice y me interroga sobre lo sucedido por la tarde, comento lo de la caída, lo de la otra que sangraba, lo de que uno que tiene un tumor está débil que habrá que echar una ojeada de vez en cuando, vamos que va a ser una noche divertida.
Empezamos la ronda, seguimos con los cambios posturales, para a continuación limpiar el carro de curas, y hacer un par de cosas más, me separo para ir al aseo y al salir veo que una de ellas marcha corriendo y me dice que vaya a la habitación que va a llamar al enfermero, se avecina una gran noche, entro y me encuentro que el paciente con el tumor le ha reventado y ha manchado toda la sábana, impresiona un poco, pero me pongo a hacer lo que he visto hacer antes, ya no me impresiona la sangre, ni demás flujos ni nada que se parezca, quito las sábanos, pongo empapador, intento calmarlo, se lleva las manos por inercia a la herida, se las cojo, le acaricio, le digo que se tranquilice que ya viene el enfermero y no pasa nada, puedo soportar la sangre, ahora si, pero no el sufrimiento.
Nos vamos después de recoger todo, al pasar por otra de las habitaciones escuchamos gemidos de dolor, el enfermero dice que habrá que llamar a una ambulancia por que la que se cayo por la tarde lleva toda la tarde quejándose, que probablemente se haya roto la cadera, así que empezamos con los preparativos, pienso que o no pasa nada o pasa de todo.
Llega el de la ambulancia, la mujer me mira, me pide perdón, por no haberme hecho caso, me siento mal, los demás van a pensar que es culpa mía, quizás debería haberla acostado la primera pero no preveía que me fuera a desobedecer, intento apartar la culpabilidad mientras ayudo en los preparativos y entre todos la pasamos a la camilla, como si me leyera el pensamiento, quizás lo hace, mi cara siempre suele ser expresiva, me coge de la mano y mientras me la aprieta me dice que la perdona, que no lo hará más, que no me preocupe, que no es mi culpa.
Resignadamente bajo, ya me da igual, ya doy por pérdida la noche y sé que salvo que ocurra un milagro no voy a dormir más de dos horas, sobre todo al ver al rato aparecer desde la cocina a una de las compañeras con una botella de sidra, me invitan, bebemos, con dos copas, ya empezamos a recordar anécdotas y a reírnos, por que el tiempo tiene la paradoja de volver lo trágico en cómico, y ahí estamos, yo que me caigo de sueño, y las otras achispadas, me estiro en el sofá, apago el implante, miro la hora, me pongo la alarma del móvil para despertarme dos horas exactas después, y me abrazo al cojín, el libro que por puro optimismo me había metido en el bolso con la esperanza de ser otra vez devorado, espera en el borde, “La catedral del mar” se asoma al borde del reposacabezas y acaba por estamparse en el suelo, me doy la vuelta, cierro los ojos, cuando estoy a punto de sucumbir a la fase REM, me golpean el hombro, mi compañera de vigilia me susurra un..... emergencia, han llamado…. Vamos corriendo a la habitación para diez minutos después salir echando pestes, el abuelo tenia frío, hay que joerse, pues que cierre la ventana no? estoy tan cansada que no tengo ni fuerzas para protestar, miro la hora, apago la alarma, enciendo el implante y me voy a hacerme un café.
Dos horas después salgo por la puerta donde entre 17 horas y media antes, la media hora por que me he entretenido con el último paciente y en hablar de lo ocurrido durante la noche con las del turno de mañana, me hago otro cambio de turno, uno de ellos es un doble turno, no para mi, si no un favor que me hace una a mi para que me pueda ir a una quedada en Madrid con mi chica, nones, Nome, belshi y un par más.
Pero si, probablemente vuelva a doblar turnos, por lo pronto mañana tengo turno de noche, y el sábado de tarde, pero antes del turno de noche, me voy de cañas con uno de los abuelos, para agradecerle el cuadro que me ha pintado, el segundo ya, que le digo que se deje de cuadros y me regale un cd, pero ni caso, o quizás vaya un poco antes para verlos bailar, y si me atrevo marcarme yo un baile con alguien, por que no?
Me voy a rehabilitación dentro de nada, todo marcha bien, mi novia viene antes de lo previsto y el domingo ya está aquí, me apetecía escribir sin ton ni son, tal y como me pasa por la cabeza, me da lo mismo si es un tema agradable o no, es mi trabajo y me gusta y me gusta lo que hago.
Próximo post, será la segunda parte de cambios, va por mi chica y va por nones, gracias.
Con tu trabajo no necesitas ir al gimnasio :-P
ResponderEliminarbss
No t preocupes por si es tema agradable o no: te gusta tu trabajo, lo cuentas como t sale y ya esta... ademas a mi me gusta como lo haces.
ResponderEliminarY aunq no t guste q t lo digan, me parece admirable lo q haces y como lo haces... Lo pasareis genial en Madrid: disfrutalo
un beso
S.C.V
Tu no tienes ninguna culpa, ha sido un accidente y no se puede andar con mil ojos controlando a todo el mundo, a veces los ancianos no son conscientes de que ya no son superheroes y pasa lo que pasa.
ResponderEliminarMucho ánimo niña y pasalo bien en esa quedada
Ay, como te entiendo!!
ResponderEliminarYo no he doblao turnos pero he trabajado con ellos y ya sé lo qué es. Muy gratificante a veces pero en ocasiones.....es difícil tener paciencia sobre todo cuando el cuerpo pide descanso ya...
Es un trabajo muy bonito porque resulta muy satisfactorio. Pero también es duro, sobre todo en el momento de las pérdidas.
Cuando uno es sensible,el desvalimiento se muestra como algo prioritario y te implicas de más. Es difícil llegar a casa y no desconectar.Pero son los gajes de él, como en otros oficios.
Siempre pensé que debería estar mejor remunerado pues soy consciente de que no vale cualquiera para ello. No.
Hay muchos familiares que osan decir que los adoran y falta el primero que sea capaz de cambiar un simple pañal, con todo lo que conlleva.
Hipocresía pura y dura, como la que tantas veces preside este mundo.
Un besito de empatía! :)
P.d.- Así que hay kedada?? glups!!
Un gustazo leerte, la verdad. Disfruta de la quedad en Madrid, y de tu chica. Ya nos contarás.
ResponderEliminarme gusta tu forma de contar como pasan las cosas sin importancia. Estos posts tan naturales se echan de menos de vez en cuando. Te conocemos más así...
ResponderEliminarBesotes
Volví. Feliz año!
Si llegamos a saber que doblas turno por la kedada... mejor me callo, pero prosigo, como bien te comentan tu trabajo es admirable!. Los yayos se vuelven niños muchas veces, tozudos., hay de todo Lupe, bien lo sabes tú, está de más que te sientas culpable aunque por otro lado todas creo yo nos sentiríamos igual.
ResponderEliminarEs cierto que no pocas personas no digo que no valgan o valiéramos para hacer lo mismo que hacéis vosotras, pero sí que muchas no querrían a voluntad ganarse así la vida. Hay situaciones como bien dice Chuspi en que es superior a uno cuidar de ellos, cambiar un pañal, verles sufrir... y por descontado está mal pagado porque no hacéis un solo trabajo ni mucho menos.
Mmuap preciosa con permiso de la pulguilla.
Siejke, es muy curranta mi niña..Nones tienes permiso vaale, jaja. un beso para ti y otro con lengua para mi xikitina, mañana ya estoy ahi, muaks
ResponderEliminarno te canses mucho!
ResponderEliminarun saludoo
Nena debes acabar reventada no??? porque no solo es no dormir sino que ademas debes hacer un esfuerzo fisico terrible!!!!
ResponderEliminarQue pasó con la que es cayo al final?
Que bueno que puedas desonectar e irte a Madrid de descanzo al menos unos dias!!!
Lo del tumor debo reconocer que me dio mucho asquito... es tu curro y si a vos te gusta a mi lo que me gusta es que lo compartas, porque la verdad no cualquiera trabaja en estas cosas...y sobre todo con tanto amor!!
Espero que puedas estar un tiempito sin doblar al menos te recuperaras de esta!!!!
Besitos guapisima!!!!