on the road again

Supongo que a veces necesitamos soltar un poco todo el resentimiento que llevamos, pero no es justo para los demás, así que lo privatice, pero tampoco quería eso, sinceramente el blog me ha hecho conocer a gente maja, una administrativa, una azafata, una un poco pirada, hablar de una pulga, recordar a mi ex, con la que he vuelto, y demás situaciones, sobre todo me ha servido para desfogarme un poco con el trabajo, para contar anécdotas y más que nada para no sentirme tan sola, por que la soledad es uno de ciertos males de este siglo con tanta tecnología.

No me parecía justo cerrar la taberna por una simple cuestión de soltar el dolor que tengo, no es mucho, pero es algo que a mi me está costando de superar, supongo que debería haberlo hecho hace dos años, cuando cree el blog pero entre que tenía miedo de lo que pudiera soltar, entre que me dolía demasiado recordarlo lo fui dejando, y ciertas situaciones recientes me han hecho ver que aunque intentes aparentar que estás bien y que lo sucedido no te ha dejado ni huella ni cicatriz, tienes un morado que de vez en cuando te sale y te lo recuerda.

Pero he decidido escribirlo privadamente en otro lugar y la taberna se queda para lo que ha sido, un bálsamo para mis cotidianeidades, un sitio donde reírme, un lugar donde pasarlo bien.

Ahí seguiremos hasta que me de otra ventolera de estas que la tabernera últimamente las reglas le queman más las neuronas.