martes, 30 de agosto de 2011

zorra

Ni Asturias ni Londres, ni nada que se le parezca, me he cogido dos semanas libres para nada, y para mis dos meses de vacaciones va a ser más de lo mismo, y quién tiene la culpa? Las cosas del querer podría decir yo.

Debería haber seguido escribiendo sobre el tiempo pasado en la casa de las zorras, las cosas que hemos hecho, hablado, planeado, todo acude a mi memoria revuelto y desordenado, pero me parece que aún antes de haber empezado la segunda parte, está todo abocado al final.

La culpa es tan fea que nadie quiere cargar con ella, pero a mí no me queda más remedio que echármela a la chepa, aunque también pienso que no tengo por qué sentirme así, las culpas para mí son divisibles por dos, más teniendo en cuenta que desde el primer día que la conocí le dije que no quería nada, ni con ella ni con nadie, que sólo quería ampliar mi círculo de amistades.

Pero las cosas no salen como una quiere, a veces salen al revés, conoces a alguien que tiene muchas cualidades que te gusta en una mujer, que te hace reír, con la que disfrutas,

con la que eres tú misma sin fingimientos ni miedos, ese tipo de persona que reúne las características que enumeramos cuando nos preguntan por el prototipo de “la mujer ideal” si es que existe……pero una cosa es la cabeza y otra el corazón.

La vida es muy poco imaginativa y siempre acaba por repetirse, que a ti te gusta alguien y ese alguien está por otra y así la perra que se pisa la cola, en este caso la zorra número dos, con la que me lo estaba pasando bien, porque es de esas personas con un talento especial para divertirse, un sentido del humor parecido al mío, esas personas que saben escuchar y suelen ser el centro de las reuniones, cantidad de amigos que me ha presentado y que me han caído muy bien.

Pero yo no quería nada más, sólo quería seguir siendo su amiga, y creía que ella también, pero ella pedía más y más y no sé si es que me confundí y pensé que quizá, que a lo mejor, que si lo intentaba y fui pasando más tiempo con ella en la casa de zorras, creía que podría hacer caso a la cabeza y en una de esas fiestas, más en concreto el cumple del cari que nos fuimos a la playa a celebrarlo y entre risas y alcohol volvimos a casa, por no subirme a la mía me quede en la suya y ya se sabe que uno de los efectos del alcohol es esa capacidad para hacer que uno se sienta tan bien y piense eso de “bah, qué más da” en la que supongo que sucumbí al, no lo sé, la verdad, no sé qué me paso por la cabeza, creo que era la obligación de sentir, y que ella estaba ahí, que me veía como parecía que nadie me había visto y nos enrollamos, pero me di cuenta de que no.

Y ahí se fue instalando mi sentimiento de culpa, culpa de no sentir lo mismo, la culpabilidad, ese sentimiento tan común cuando no hacemos lo que sabemos que deberíamos hacer, pero que si no sientes lo que tienes que sentir no puedes hacer nada, culpa porque tenía que haber parado en ese momento pero estaba a gusto y pensé que a ella se le pasaría, culpa por no hacer caso de las palabras del cari “sevillano guapo”, culpa por ser egoísta y pensar más en lo bien que estaba yo que en lo mal que lo estaría pasando ella.

Me buscaba, me besaba, en fin esas cosas que hace una persona cuando le gusta otra y busca cualquier excusa para estar y acercarse a ella, pero yo….

Porque no se puede conseguir el amor a la fuerza, y a la fuerza lo que pasó fue que me termine por agobiar, y entre agobios y sentimientos de culpa las cosas empezaron a ir mal.

Así que he terminado por ser una zorra de forma distinta a la que pretendía, porque a veces una mujer lo único que puede hacer es ser una zorra y otras veces para portarse bien había que portarse mal, puta paradoja, y no sé si me he portado mal, pero hice lo que tenía que hacer, decir palabras que sabía que no le iban a gustar pero me vi en la obligación de pronunciarlas, porque ella quería de mí algo que yo no le podía dar, y lo que puedo darle no lo quiere.

Por eso me dijo que lo de ir a Asturias juntas y con otra amiga no era buena idea, porque para ella sería un suicidio, y yo la entiendo, pero cuando no se puede lo que se quiere, hay que querer lo que se pueda. Así que Londres tampoco.

No hay perdices, ni ranas, ni sapos, ni princesas, ni castillos, ni hechizos, sino simplemente la puta realidad asomando por una de las esquinas.

Resumiendo, he perdido a gente que de alguna manera y en poco tiempo se habían convertido en personas importantes para mí, pero en esta vida no se puede tener todo sin renunciar a algo.

11 comentarios:

  1. qué lástima, pero como dices cuando el corazón no sigue.....

    es una pena romper unas amistades por este tema pero es verdad que no se puede tener todo
    a ver si hay posibilidad de acercamiento

    un besazo

    ResponderEliminar
  2. itxarin, gracias por tu comentario, no sé porque he escrito este post, supongo que ya no aguantaba más, me siento bastante mal y encima culpable cuando creo que no debería, romper amistades? yo no he roto nada pero las cosas a veces se tienen que hacer de una determinada manera por mucho que nos duela
    no sé como acabará, me encantaria que pudiéramos ser amigas pero eso ya no depende de mi
    en fin, que cuando las flechas erran el tiro no queda otra que yo que sé, probablemente borre el post si hay malos rollos o ya te imaginaras.
    pero como siempre digo, este es mi blog y lo que escribo es mi vida, una terapia como otra cualquiera.
    que no se me ofenda nadie.

    ResponderEliminar
  3. pues la vida misma, chica. unas veces erramos y otras yerra la otra, qué se va a hacer.

    ResponderEliminar
  4. De nuevo por tu casa. Siempre encantado.

    Saludos y buena tarde de miércoles.

    ResponderEliminar
  5. Lo que está claro es que no puedes obligarte a sentir y es mejor dejar las cosas claras, luego ya dependes de lo que la otra persona quiera hacer...

    Espero que más adelante podais ser amigas.

    un beso

    ResponderEliminar
  6. Lo peor es tener algo teniendo que renunciar a todo.

    ResponderEliminar
  7. Vaya!.
    Bueno, quizás con el tiempo vuelva esa gente, todo es posible.
    Suerte.

    ResponderEliminar
  8. si no erramos no podemos aprender de nuestros errores. el más grande error es no ser capaz de aprender y no volver a cometerlo. paciencia, el tiempo hará que las cosas se calmen y recuperes amistades o no, y entonces será porque no merecían tanto la pena. mientras tanto, vive

    ResponderEliminar
  9. nada Marcela, no sé puede hacer nada, dejar pasar el tiempo y esperar. gracias, besos.

    sonrisas, gracias por seguir pasando por la taberna, un besazo.

    Gracias por tu comentario, ari, yo tb espero lo mismo que tú, no recuerdo que hayas pasado antes por la taberna, en todo caso bienvenida, besazos

    muy cierto, dintel, la cuestión es que siempre hay algún tipo de renuncia, besos

    alitas, esperemos, nunca se sabe. besazos

    Ripley, gracias....la verdad no estoy de mucho ánimo para aprender pero bueno....besazos

    ResponderEliminar
  10. Ea... Habrá que seguir Sonriendo :)

    ResponderEliminar
  11. muy cierto anónimo....pero hay diferentes tipos de sonrisas.....se hará lo que se pueda
    un beso

    ResponderEliminar