tema tabú

Este ha sido uno de esos fines de semana con récord laboral incluido, nada más y nada menos que 34 horas, lo que traducido viene a decir cuatro turnos de trabajo, dos tardes y dos noches, me encuentro fenomenal, agobiada porque cada dos por tres me preguntaban si estaba bien, hasta que llego un punto que me dieron ganas de contestar: “Espera un momento que me voy a desmayar, en cuanto encuentre un hueco”

Me encantan los domingos o lunes por las noches, porque suelo guardar las revistas del “País semanal” para esos momentos, en cuanto que termino de hablar con laqueme (la que me gusta se entiende, que con laotraqueme (la que me parió ya la tengo muy vista).

Pues en uno de esos reportajes, se habla de uno de los tabúes menos mencionados, el del sexo en la tercera edad, es un reportaje fascinante, hay que tener valor para dejarse retratar en esas situaciones y más cuando llegas a cierta edad, una edad, pasados los 60 en los que se da por sentado que la gente se vuelve asexual, porqué si, por que resulta impensable que en la vejez puedas disfrutar del sexo, nos imaginamos como mucho a dos vejetes “agarraitos” de la mano y poco más. El reportaje me ha producido ternura, admiración, recuerdos y una sonrisa de complicidad por los recuerdos anteriores.

Yo no sé si es que tengo una mente más abierta, si es que tengo menos prejuicios o probablemente que el trabajo que tengo me haya abierto un poco los ojos, sí, en mi trabajo me he enfrentado a situaciones que me ha hecho ver la muerte y el sexo entre personas mayores de otra manera…y me lo tomo con humor, respeto, y sobre todo con admiración.

Recuerdo sobre todo, la bronca que tuve hace años con una auxiliar, y digo auxiliar porque no la he visto nunca como compañera y menos mal que no es interina y entra y sale de mi vida una vez cada poco, que si no, ya la hubiera colgado del árbol más cercano, no aguanto ni los prejuicios, ni la soberbia, ni el “colgarse medallas”, ni el egoísmo y ella tiene todos los ni y más, pues eso, que me embalo, entramos las dos en una de las habitaciones para colocar las cosas cuando al salir me suelta refiriéndose a la pareja que compartía el cuarto…. "¡qué asco!" Lupe, "cada vez que me imagino a estos dos es que me muero del asco, a su edad y haciendo esas cosas!!!!", la miré con incredulidad porque en ese momento no sabía de qué me estaba hablando, y me suelta al ver mi cara, “qué como pueden follar estos dos con lo castigaos que están?” tuve que reprimir mi mano para que no se estampara en su cara y contestarle: “a ver, bonita, tú cuántos años tienes?” y antes de que me contestara le solté, "cincuenta y algo, no? Qué pasa? Qué tu marido no te da lo que le sobra a tu boca? Menos hablar y más imitar a fulano y mengana y verás como se te quita la tontería…." dejó de hablarme a partir de ese momento, lo cual me vino de perlas, porque aparte de aguantar ese tipo de comentarios soeces y estúpidos también dejé de escuchar tonterías sobre que quizá si no fuera lesbiana sería más feliz. (y digo yo que tendrá que ver)

Si, supongo que gente con pocas luces, las hay, algunas es que ni emiten destellos, e incluso las hay que están fundidas, me da pena, perder mi tiempo con gente así, y me gustaría rodearme con más gente como la que ilustra el reportaje porque alguien que disfruta del sexo pasada cierta edad, que todavía desea y siente ganas de disfrutar con otro cuerpo debe de sentirse muy vivo y hay personas mucho más jóvenes que están más muertos que no resucitan ni aunque los espabiles con un palo.

Gente sin complejos, con la autoestima bien puesta aunque tenga los pechos caídos, manchas en la piel, arrugas, dolores, y un largo etcétera quizá es lo que necesitamos, que hablen con naturalidad del sexo, que lo disfruten sin sentirse “raros”, ni “enfermos”, a lo mejor con el tiempo deja de ser un tabú. Nunca se sabe, yo por lo menos sigo meneando la cabeza con complicidad delante de algunos, llamo a la puerta de otros, bromeo con algunas, me sonrojo ante otras situaciones y me carcajeo con las confidencias que me hacen. Me hace gracia, qué le voy a hacer.


Porque todo es evolución, no extinción, dejamos de sentir cuando morimos, o no? O por lo menos es lo que quiero creer, porque el día que deje de sentir por cualquier cosa, prefiero estar muerta.