Nos quedamos callados y lo dejamos hablar, nos echo un sermón sacado de un manual de psicología un poco obsoleto o me lo sonaba a mi, nos dio unas indicaciones que me recordó a un libro de autoayuda muy famoso, al menos me decía algo la teoría, pero ponerlo en práctica ya es más complicado, nos insto a que nos reuniéramos con él dos veces por semana para que habláramos entre nosotros de nuestros problemas y ver que podíamos hacer para solucionarlo, porque todo problema por grande que sea tiene salida, sólo hay que encontrar el camino que lleve a ello, esas fueron sus palabras, y todos asentimos.
Nos miramos, algunos un poco avergonzados, eso de contar los problemas a unos desconocidos no es plato de gusto de nadie, unos se encogían de hombros, otros miraban al suelo, la mayoría nos movíamos incómodos en los asientos, ansiábamos salir de la sala, el ambiente se tensó un poco cuando la chica que estaba a mi izquierda hizo ademán de levantarse, pero Bienvenido le dijo que se sentara, que no se preocupara, y todos nos quedamos en silencio.
Bien, me miró el psicólogo y añadió, a ver Guada, cuenta tu situación un poco por encima, queremos saber que te ha llevado a esto, cuales han sido los motivos por los que has reaccionado así y cómo te sientes.
- miré – le contesté con mi mejor sonrisa, a mi no me pasa nada, lo único que recibí una carta del banco avisándome de que me aumentaban cincuenta euros por la revisión semestral correspondiente a la hipoteca, he de pagar el coche, un coche que yo no quería, un coche que no me gusta y que me recuerda continuamente mi error, he de pagar una casa que tampoco quiero y no me gusta, al que su simple presencia en ella más de dos días me agota, me cabrea y me recuerda mi estupidez, he de hacer de tripas corazón y pagar con la mejor de mis sonrisas, debería de estar contenta, no? al menos tengo 54m cuadrados donde caerme muerta, lo malo es que no he elegido el mejor lugar ni momento para hacerlo, iba a continuar pero las risas me lo impidieron.
- Bueno, Bienvenido me miro, no eres la única que está pasando por una cosa así, ni lo serás, y tampoco es para tanto, vamos digo yo, hay situaciones peores, mientras decía esto su mirada se traslado por impulso hacia su derecha, mi izquierda dónde estaba una chica de mi edad, la cual al sentirse aludida, hundió sus hombros un par de centímetros y se quedó mirando un punto del suelo.
- Ya pero….. estoy de baja, me pagan menos y para colmo he de pagar la rehabilitación y no me han dado muy buenas perspectivas de mejora al menos en el futuro inmediato, la espera me desespera, me siento frustrada, atrapada en un pueblo que no me gusta y el trabajo me deprime a veces, el orgullo me cabrea, porque sé que no puedo y el saberme dependiendo económicamente de mi madre hace que tenga sentimientos encontrados hacia ella, la quiero porque es mi madre y por todo lo que está haciendo por mi, pero la odio por todo lo que le debo, siento como si de alguna manera se lo tuviera que devolver, ¿y esto cómo se paga? Le interrogue.
- La verdad es que tu situación es un poco complicada, ladeó la cabeza pensativo y a continuación tras pensar un rato, soltó un….. y por qué no buscas otro trabajo? Para poder hacerte cargo de todo, vamos, conozco gente que trabaja en dos sitios, aunque es cansado.
No es cuestión de cansancio, no es eso – le replique, y añadí, es más cuestión de tiempo, no tengo para trabajar en otro sitio porque tengo las mañanas ocupadas, debo sacarme el título, ya que sin él no podré seguir trabajando en lo que hago, y además por las tardes tengo rehabilitación, no tengo ni tiempo ni dinero, ni ganas para que engañarnos, ya me he engañado bastante tiempo a mi misma, no soy fuerte, hay días que me dan ganas de tirar la toalla, pero aguanto más que nada por no decepcionar a la gente que me quiere, por eso me siento un fraude, por eso pensé en….. deje la frase en el aire y me limité a enfrentarme a las miradas de los demás.
Jorge no me quitaba el ojo, me miraba con una mezcla de ternura y admiración, con interés se la devolvía yo, y el psicólogo en ese momento de cruce de miradas, aprovecho para mirar el reloj, Jorge se me acerco y deposito en el hueco que se formaba en mi regazo, encima del vestido, un papelito, el blanco del papel resaltaba encima del vestido verde haciendo la situación un poco más surrealista si cabe, con disimulo lo cogí y con nervios lo desplegué, al mismo tiempo que Bienvenido seguía hablando y animándonos con la manoseada frase de que mal de muchos consuelo de tontos, que no estábamos solos, mientras mi mirada brillaba bajo el breve “llámame” acompañado de nueve dígitos y un dibujo gracioso, mis labios pronunciaron un, vale si, mal de muchos y todo lo que vosotros digáis, pero como en un anuncio de sobras conocido por todos, diré, yo no soy tonta, por lo tanto no me consuela, debería hacerlo? Las desgracias de los demás deberían consolarme? Pues me niego, contesté al mismo tiempo que doblaba meticulosamente el papelito hasta plegarlo dos o tres veces y guardarlo en el bolso.
Jorge sonrió maliciosamente al ver la maniobra con el papel, y acto seguido con cara de pillo empezó a aplaudir ante mi salida, los demás se quedaron parados y unos rieron, el psicólogo empezó a guardar sus cosas en un maletín y nos recordaba a no faltar a la próxima reunión, ya que nos haría mucho bien hablar de nosotros, era necesario, era lo que necesitábamos, soltar toda la rabia acumulada, contar nuestras preocupaciones, soltar el lastre, en fin, que no nos cerráramos que sería peor.
- Esto lo cubre la seguridad social no? – interrogué con interés, por que si es particular, ya podéis esperar sentados que aparezca, porque hasta que no llueva dinero yo no voy a ver nada. Me sorprendí de la tontería que acababa de decir, pero entre las miraditas de Jorge y la presencia de la chica que estaba a mi lado, que no me quitaba ojo de encima, los nervios me jugaban una mala pasada.
- Creo que si, de todas formas pregunta porque en tu caso igual te hacen un descuento o bien, si presentas las facturas con el tiempo te lo devuelvan, no lo sé, ya lo miraremos – me contestó el psicólogo mientras recogía sus cosas.
- O sea, hacen descuentos a los suicidas, bromeé.
Nos levantamos todos al mismo tiempo, unos con más ganas que otros, y nos encaminamos hacía la salida, la chica que estaba a mi izquierda me rozo la mano por casualidad al intentar abrir la puerta y note como un chispazo de electricidad, nos quedamos paradas ante tamaño acontecimiento y entonces le solté un…. tranquila, es normal, ves? llevo zapatos de suelo de goma, y los tuyos también creo, le dije señalando nuestros zapatos y me di la vuelta sonriendo mientras dejaba la sala y salía a la fría tarde otoñal y tuve un momento de indecisión sobre dónde dirigir mis pasos, Jorge se me acerco por la derecha y señalando el bolso me pregunto si le iba a dar un uso al papel, en plan chistoso, lo miré, es atractivo, pensé, y tiene buen cuerpo, vamos que no está nada mal, pero en vez de decir nada de eso o insinuar algo y menos aún contestarle le pregunte:
- Oye – conoces a la chica que estaba a mi izquierda? – una pelirroja de pelo rizado y ojos verdes – iba a seguir describiéndola, cuando Jorge con un ademán de la mano me paro y dijo.
Si, ya sé – Gloria, se llama, por qué me preguntas por ella? ¿La conoces?. – me miró y añadió, que pasa? Te gusta?
- No es eso – le contesté, simplemente me llamo la atención y me preguntaba…..
Ya – contestó, lo único que sé es que, se quedo callado, mira no sé si debería decírtelo, pero me voy a arriesgar, total no creo que haga daño a nadie, mira, resulta que Gloria es lesbiana, vino aquí porque cayo en una profunda depresión después de haber estado cuidando durante dos años de su novia, ella le ayudo a morir, y bueno, que te voy a contar, imagino que te harás una idea de la situación.
- Uf, joder – le contesté, y tanto, coño, solté y yo quejándome de mis chorradas, nunca me había sentido tan avergonzada ni poquita cosa como en ese momento.
Jorge siguió caminando a mi lado, nos alejábamos del lugar de reunión, no teníamos rumbo fijo, a lo lejos observe la figura delgada y desvalida de Gloria y me dieron ganas de gritarle que parara, echar a correr y sin mediar palabra, abrazarla, había algo en ella que hacía que mi ternura saliera a flote, algo en mí empezó a ser consciente de que mis pensamientos no eran normales. No la conocía de nada y su simple historia más el breve espacio que habíamos compartido hacía que mi mente fuera por unos derroteros que no me gustaba.
Disculpas, la verdad es que el cuento, conforme lo voy subiendo, me da cosa, me siento con una mezcla de sentimientos, entre pudor y estúpida por creer que esto realmente tenga algún interés, lo único que tiene es un valor sentimental por mi parte hacia la persona a la que va dirigida. Así que intentad ser un poco más diplomáticos en vuestras críticas y tened en cuenta que es mi primer cuento.
Ni tengas pudor ni te sientas estupida: a mi me esta gustando mucho.
ResponderEliminarbueno, gracias por tu comentario sara, si te gusta a tí, ya me doy por satisfecha
ResponderEliminarun beso
Pues sí q vas a tardar a volver... ¿después del Pilar?
ResponderEliminarWen finde!
Bsus de Amp
Guada bella!, te pido disculpas públicamente si me he pasado un poquitín en tu taberna. Yo me leo muy despacio lo que leo, pero soy de las que hablo sin pensar. por eso procuro hablar poco, y sólo con quien se toma la molestia de leer bien o escuchar atento.
ResponderEliminarDicho esto, no sé cómo voy a esperar tanto tiempo, porque tienes para escribir un talento nato. Tu pluma es como una mañana que se dibuja en la noche. Esa terapia....me puedo apuntar yo?, no me importa nada pagar, cuento o me invento los problemas que haga falta. Pero mira que la terapia promete.
Bien, yo miraría bien a todo el mundo. y claro, hay becas para casi todo, la cosa es ver cómo pillarlas. Una cañita......y vete de puente y cierra la taberna.
madalenita a secas
amp, después del pilar pondré la continuación, antes de irme ya habré subido lo de las cicatrices y mi primera clase de esgrima, que me emociono, un beso y gracias por tu visita.
ResponderEliminareaso, no me pidas disculpas, no hay de que, me gustan las madalenas dulces y blanditas, joer, ves? lo que me hace decir el regimen, jajaja, me encanta que entres y tus comentarios son geniales, sirvete lo que quieras que estás en tu casa, lo de la terapias es ficción, eh, no vayáis a creer lo que no es, me alegro que te guste, viniendo de ti es un halago, un besazo
ResponderEliminarPlaf,plaf,plaf!!!
ResponderEliminarPues ojala sigas siendo tan "estupida" para seguir escribieno asi de bien!!!
Que te está quedando genial boba!!!
En serio.
BESOS!!!!
joe chuspi, si que sabes animar, muchisimas gracias, yo seguiré siendo igual de estúpida o mas para escribir pero tu vuelve al blog que no veas lo que se te echa de menos
ResponderEliminarun besazo y gracias por tu ayuda
Pues a mi me gusta mucho leer esto. Ea! Me da igual si es o no interesante.
ResponderEliminarBesos y buen finde!
Yo que quieres que te diga, de la única terapia que entiendo es esa que pone un codo en la barra y busca complicidad en el camarero.
ResponderEliminarSaludos
jajajaja, hablo el psicologo, futuro idem interno residente, siejke, como para no gustarte, un besazo, gracias por leerme
ResponderEliminarsonrisitas, chitón que nos van a pillar los del cuerpo.......y nos van a hacer soplar, siejke, jajaja
un besazo
bueno..yo paso de los loqueros y terapias.. me parecen morbo puro pero en fin, contando que se te sienta la pelirroja de ojos verdes y el arte que le echas...así pos si hace falta ir se va..
ResponderEliminarjajjaja marisa, coño, que esto es un cuento, ya me gustaria ya, no ir a terapia, si no ligarme a una pelirroja de ojos verdes
ResponderEliminarjajajaja
tu si que tienes harta, cuando no estás encabronada claro
un beso
Nena que dices del cuento??? estas craisy??? esta genial!!!! me encanta además me tiene super enganchada, mira te digo más que el Duque!!!! De verdad lo estas haciendo de puta madre, me gsuta mcuho además es una historia bellisima!!!!
ResponderEliminarbesototes y diviertete por los madriles!!!!
PD: vienes a Barna o no???? venga va no te hagas rogar!!!!
Muakatones!!!!