sala de practicum

Al lado del bote pequeño donde descansa aburrida ya, la pobre vesícula, hay cuatro botes más, pero de entrada llaman más la atención los de la derecha, la primera vez que los vi, me impacto, son dos fetos, he de reconocer que tengo un sentido del humor bastante fino, pero a veces me paso de macabra, total que los vi y les llame “Víctor&Victoria”, el por qué no lo sé, pero tengo la mala costumbre de bautizar objetos, es algo que llama la atención, a todas, la semana pasada S. y T. abrieron el armario, se subieron a la silla, deslizaron las manos y bajaron a los fetos, fueron colocados encima de una mesa y en medio suspiro, estaban rodeados de caras femeninas, unas de asco, otras de pena, algunas de fastidio, las más hacían fotos, yo...... me fije en que Víctor era el más pequeño, su cara estaba fruncida, las manos encogidas y la piel era translúcida, se veía a través los huesos y venas, así que aparte la mirada impactada y me puse a mirar un cráneo que nos había pasado la profesora para que viéramos los huesos orbitales y los de las fosas nasales, nos miramos T. y yo con una cara de pasotas totales, y nos deslizamos al rato por la puerta de salida para escaquearnos al aseo. (es lo que hacemos los viernes).

En los otros armarios más de los mismo, a mi lo que más me gustan son los huesos, para hacer caldos, como le digo a una compañera que le da asco cogerlos, me encanta el instrumental de quirófano, las tijeras, pinzas, cubetas, fórceps, al lado del armario del material hay una báscula profesional, en la que la gente sin complejos se pesa, S. y yo, mantuvimos un rifi rafe con la profesora a inicios de curso por que se empeño en que nos pesáramos con el resto de las compañeras, pero nos negamos aduciendo que nosotras teníamos la autoestima en la cuerda floja y no queríamos arriesgarnos..... ya claro, y así seguimos, la báscula es invisible para los que han dejado de fumar, están con problemas de ansiedad o directamente son demasiado felices.
Al lado de la báscula, justo a la izquierda de la puerta de entrada, están las camas, dos, separadas entre sí por metro y medio de distancia, con todos los accesorios, pie de suero, cuadro balcánico, férulas, con las sábanas colocadas encima de dos muñecos de ambos sexos, para hacer las correspondientes prácticas, también están bautizados por la menda, la muñeca se llama Julie, por su extraordinario parecido con la “Mary Poppins” en el gesto congelado al pronunciar el supercalifragilisticoexpialidoso (y sin respirar, eh), y un camisón rosa, muy gay, es mi preferida por razones obvias (y no por mi inclinación sáfica), el muñeco con cara de susto, los ojos exageradamente abiertos, boca perfilada y semi abierta, se llama Tony, por su calco al prota de “Psicosis”, y a ese le tengo manía por la puñetera casualidad que cada vez que me tocaba hacerle el lavado genital se me quedara la punta de su P. en mi mano, y no una, sino varias, se cae a cachos, al menos conmigo.

Así que al final decidimos tras protestas, por mi parte sobre todo en estrenar al nuevo muñeco que nos han traído de no sé dónde y que lleva una semana calentando la silla de º ruedas, entre tres lo colocamos en la cama, y fue bautizado convenientemente por el nombre de Max, (como uno de los personajes de la mítica sería L) después de descubrir que aunque su cara y cuerpo sea de rasgos masculinos, no concuerda con su sexo, se ve que a los muñecos no les duran lo suficiente la P, y fue sustituida por una V. (¡¡Que fuerte!!!!).

Separa las camas varios biombos estrategicamente colocados, con pijamas y camisones colgadas de una de las barras, tapando el fregadero y justo delante del fregadero descansan dos cunas, en las que hay dos bebés, más feos, yo creo que son tan feos para desterrar ideas futuras sobre maternidad a las estudiantes, pero si hasta “Víctor&Victoria” son más guapos, un momentín, observo que uno de los bebés, tiene el cuello roto, creo que fue A. en una de las prácticas en la que realizamos la maniobra de Heimlich, se emociono tanto, que no le rompió la costilla por que el muñeco no lo tiene, pero el cuello y la cabeza salieron disparados, para recochineo de los demás.

Lo mejor es el paisaje, hay un ventanal inmenso en el que se puede observar dos montañas, una enfrente y la otra a lo lejos rodeada casi siempre por un manto de nubes lo que le da un aspecto mágico.