crónica de un final

Ciertas personas nos sorprenden al tener comportamientos que no esperamos de ellas, o actitudes que no van con su personalidad, hay tímidos que hablan en público, cobardes con un momento de heroicidad, o personas responsables que hacen una tonteria, lo que a mi me parece sorprendente fue mi comportamiento con la anestesista, el que me cogiera la mano derecha para a continuación darle unos golpecitos en el dorso con su palma, mientras sujetaba una aguja lo suficientemente grande para que mi corazón galopara a mil por hora, en circunstancias normales mi mirada se hubiera desviado a la izquierda y se hubiera puesto a buscar grietas en las paredes, pero claro, rodeada de tanta gente, todas hablándome al mismo tiempo incluyendo a la anestesista, note un pinchazo, seguido de un fuerte dolor y cara de contrariedad de la otra persona al ver que ha fallado, lo volvio a intentar, el dolor me corto la respiración al volver a errar, tercer intento, esta vez la aguja me llego hasta el hueso, e hizo que dos lagrimones salieran a traición y todo se parara, la enfermera se acerco a la anestesista, me miraron se disculparon, como una loca empece a cerrar y abrir la mano izquierda una y otra vez hasta que note que la sangre circulaba y con ansiedad busque una vena, la acerque a la aguja que sujetaba la anestesista e hice amago de hacer su trabajo, mientras escondía la mano derecha, la anestesista se río, pero finalmente consiguió cogerme la vía y yo pude con un suspiro recostar la cabeza y respirar hondo para lo qu se me avecinaba, me explicaron cuantas respiraciones profundas debía hacer mientras me colocaban la mascarilla, me gustaría decir que pensé en mi padre o en mi abuela o pensé algo especial o recé pero la verdad es que mis últimos pensamientos fueron sobre las tres o cuatro primeras viñetas de la página 91de "strangers in Paradise" y en los personajes femeninos, y poco antes de quedarme dormida me vino la sonrisa de la persona en la que menos debería pensar en ese momento, pero ya se sabe que los pensamientos no son solo nuestros, nunca os ha pasado que se os ha colado un pensamiento y os avergonzais de él, o no lo consideráis apropiado para ese momento u os parece banal, pues es lo que hay, pensé en la persona que menos debería y en un cómic, increible que es una. Para avergonzarse.

Seis horas en quirófano, cuando la operación en sí me dijeron que no pasaría de cuatro, igual es que soy tan cabezota que.... no lo sé, pero salió todo perfecto y me tuve que tirar todo el día encamada para que no se salieran los puntos, hasta tope de calmantes estaba, y de antibióticos que me tiré casí todo el día durmiendo, despertaba de pesadillas y seguía durmiendo, mi madre estuvo todo el día a mi lado, hubo un momento muy cómico porque lo cierto es que soy psicológicamente incapaz de orinar si no es sentada y en un ambiente familiar, vamos que se me cierra la vejiga, y lo pase muy mal, mi madre me coloco la cuña delante de puf a saber la de gente que había, no sabía ni dónde mirar, era inútil no había manera, mi madre y yo nos reíamos, mucho sobre todo cuando en un momento de desesperación por mi parte me suelta con toda la inocencia... bueno.... voy al baño y abro el grifo y así al oir el ruido del agua igual pues...... mis risas se oyeron por toda la habitación acompañadas de la vecina de cama, mientras intentando no ahogarme de la risa, le contesto.... joder mamá, y qué te crees que hacemos aqui? no hemos venido a hacer ganchillo no¿, me mira sin entender durante un rato hasta que al final somos tres las personas que nos estamos riendo, paro de reirme y al rato le suelto, uf gracias mami al menos me he meado de la risa..... que escena más encantadora, surrealista y estúpida pero así es mi vida. Lo cierto es que aún nos reimos con la forma de meter la pata de mi madre.

Es increible lo que aguantamos, un día sin salir de cama, sin moverme para el grano en el culo que soy yo, cinco días sin salir de una habitación, se pasa de mal y sobre todo el tiempo parece que se detiene y lo bueno o malo según se mire es que piensas mucho, no tienes otra, yo decidí encararlo positivamente y me dió por pensar, decidir qué es lo que quería hacer y ser, estar sola con tus pensamientos te hace ver las cosas en otra perspectiva. Al menos a mi me a ayudado a tener ciertas cosas más claras, incluso hablé con mi madre, la conozco un poco más que antes que tampoco mucho porque es de esas personas que se ponen una coraza y son muy reservadas, pero un pequeño paso que avancé con ella.

Tuve visitas, me hicieron un par de regalos, y después solo fue cuestión de esperar a la médica para que me viera la hinchazón del ojo, tuve un pequeño problema y se me reventó una venilla pero se va curando, todo marcha bien y seguirá así, porque si algo he aprendido este último año que para mi termina es a ver el vaso medio lleno, con vino del bueno.

De todas las experiencias tanto buenas como malas siempre solemos entresacar alguna enseñanza, tanto en positivo como negativo, en mi caso me fui con una receta cuyos ingredientes eran una cucharada de paciencia, 50gr de tolerancia, 150gr de estoicismo, 200gr de cariño, 250 gr de buenos deseos 300gr de humor 350gr de empatia y kilos y kilos de calmantes, por eso lo soporto sobre todo por lo último.

Y ahora estoy en casa, descansando, con una baja y recuperándome hasta que la rueda vuelva a girar de nuevo, y esperemos que esta vez vaya cuesta abajo y a ritmo lo suficientemente rápido para esquivar las piedras del camino a tiempo.

Si vale es largo y es chorra pero qué queréis, a mi los calmantes me ponen así de tonta.