Me gusta cuando te das la vuelta en la cama, tapándote la cabeza con la manta, mientras gimes por cinco minutitos más. (Hay cosas que los años no borran).
Me sorprende lo orgullosa que eres, que intentas disfrazar de amor propio, y que los demás lo confunden con tozudez, y sabes que son tres cosas distintas, ese orgullo disfrazado de amor propio no es bueno, lo sabes, no es vergonzoso pedir ayuda, tenlo en cuenta.
Sonrío cuando te veo hacer poses chulescas delante del espejo, y te sonrojas cuando te pillan, y encoges los hombros, mientras miras al suelo como si la vergüenza se fuera a deslizar como un tobogán por tu cuerpo.
Me saca de quicio esa “humildad falsa” de las que pecamos la mayoría, tú particularmente, te cuesta mucho aceptar un halago, empieza por creértelos, si eres sincera al darlos, no deberías tener problema alguno en recibirlos.
Me enternece tu ingenuidad, la facilidad que tienen los demás para tomarte el pelo y que hasta tú lo reconozcas.
Me exaspera esa forma de darte caña que tienes, de culpabilizarte de cosas que no son culpa tuya, ni de otros, simplemente paso porque tenía que pasar, ni más ni menos.
Me admira tu fuerza de voluntad para haber dejado de fumar y que encima digas que no fue para tanto, cuando sabes que sí y sobre todo el que seas consciente de que algo empieza a ser más que afición para convertirse en vicio, y tener la capacidad de intentar dejarlo.
Me duele ver como te escondes a veces para llorar, para no preocupar a la familia.
Me encanta verte disfrutar con los pequeños, esa facilidad que tienes para hacerles disfrutar, reír, esa expresividad para bajarte a su pequeño mundo, para ser más cría que ellos.
Me maravilla que hayas aprendido a escribir con la derecha, lo que tiene mérito siendo zurda, el que quieras aprender idiomas sabiendo de tu nulidad, y que aún tengas capacidad de asombrarte por cosas nimias y esa curiosidad infantil por todo.
Me gusta verte amontonar un par de pelis clásicas, buenas comedias, que llamas tu, para como dices, a falta de psicólogo, tengo a Charlot y los hermanos Marx para ahuyentar el fantasma de la depresión, y el verte reír con la mímica de unos y otros.
Me sorprende lo orgullosa que eres, que intentas disfrazar de amor propio, y que los demás lo confunden con tozudez, y sabes que son tres cosas distintas, ese orgullo disfrazado de amor propio no es bueno, lo sabes, no es vergonzoso pedir ayuda, tenlo en cuenta.
Sonrío cuando te veo hacer poses chulescas delante del espejo, y te sonrojas cuando te pillan, y encoges los hombros, mientras miras al suelo como si la vergüenza se fuera a deslizar como un tobogán por tu cuerpo.
Me saca de quicio esa “humildad falsa” de las que pecamos la mayoría, tú particularmente, te cuesta mucho aceptar un halago, empieza por creértelos, si eres sincera al darlos, no deberías tener problema alguno en recibirlos.
Me enternece tu ingenuidad, la facilidad que tienen los demás para tomarte el pelo y que hasta tú lo reconozcas.
Me exaspera esa forma de darte caña que tienes, de culpabilizarte de cosas que no son culpa tuya, ni de otros, simplemente paso porque tenía que pasar, ni más ni menos.
Me admira tu fuerza de voluntad para haber dejado de fumar y que encima digas que no fue para tanto, cuando sabes que sí y sobre todo el que seas consciente de que algo empieza a ser más que afición para convertirse en vicio, y tener la capacidad de intentar dejarlo.
Me duele ver como te escondes a veces para llorar, para no preocupar a la familia.
Me encanta verte disfrutar con los pequeños, esa facilidad que tienes para hacerles disfrutar, reír, esa expresividad para bajarte a su pequeño mundo, para ser más cría que ellos.
Me maravilla que hayas aprendido a escribir con la derecha, lo que tiene mérito siendo zurda, el que quieras aprender idiomas sabiendo de tu nulidad, y que aún tengas capacidad de asombrarte por cosas nimias y esa curiosidad infantil por todo.
Me gusta verte amontonar un par de pelis clásicas, buenas comedias, que llamas tu, para como dices, a falta de psicólogo, tengo a Charlot y los hermanos Marx para ahuyentar el fantasma de la depresión, y el verte reír con la mímica de unos y otros.
Me gusta sobre todo, esa risa escandalosa que te sale a veces, que hace que la persona que está a tu lado te mira, y automáticamente la sonrisa aflora y se contagia de ti, la facilidad que tienes para hacer que la otra persona se ría.
Me encanta ver lo lista que eres, pues si lo eres, te lo digo yo y guapa, especial, maravillosa, un bombón que diría cierta persona, admirable, increíble, fantástica, con tus virtudes y defectos, más de los primeros que los segundos, por todo esto, yo te quiero, mucho, me quiero, para querer debo quererme, pero no estamos acostumbrados a querernos, y eso no conduce a la larga a nada positivo.
Por qué admiramos tanto a los demás? Me parece algo loable, pero a veces admiramos y nos asombramos, y queremos a gente que básicamente hace o es lo mismo que nosotros, e incluso menos.
Me encanta ver lo lista que eres, pues si lo eres, te lo digo yo y guapa, especial, maravillosa, un bombón que diría cierta persona, admirable, increíble, fantástica, con tus virtudes y defectos, más de los primeros que los segundos, por todo esto, yo te quiero, mucho, me quiero, para querer debo quererme, pero no estamos acostumbrados a querernos, y eso no conduce a la larga a nada positivo.
Por qué admiramos tanto a los demás? Me parece algo loable, pero a veces admiramos y nos asombramos, y queremos a gente que básicamente hace o es lo mismo que nosotros, e incluso menos.
Pero como nadie nos ha enseñado a querernos como nos merecemos, así nos va.
Live and let live.
Auténtico!. Con demora pero... uf, un placer haberte leído esta entrada. Por cierto, hoyuelos, sabes de las pilas duracell? ;o)
ResponderEliminarUnmuap!
Me gusta chiki!!! Es bueno admirarse, valorarse y sobre todo... quererse a si misma.
ResponderEliminarChapó!!! por tus palabras. Un besito
gracias chicas, muy bueno nones, lo de las pilas ya lo probaré eh eh eh jajajja
ResponderEliminarbesos,
Que noooooooooooo. A ver, lo de las pilas va por un anuncio de éstas, donde salen unos conejitos que claro al llevar pilas Duracell y duran y duran; osease, que siguen y sigen andando, tocando el tambor... Ya?. Aisss, pero qué concepto tendrá esta mujer de mi, ay que ver. Pues eso, que dure Lupe!
ResponderEliminarNo me hagas ir que te cojo y no sé lo que te hago fíjate.
Q dificil es hacer eso q tu acabas de hacer. Me quito el sombrero.
ResponderEliminarMe ha encantado, hacia tiempo que no leía algo tan bonito y tan bien escrito.
ResponderEliminargracias por este post.
un saludo
gracias chicas, gracias xavi, viniendo de ti es un cumplido, me alegro que os haya gustado.
ResponderEliminarun beso
Pero como lo has logrado, como? Esto de describirte asi desde afuera es genial, me encanta la idea, es genial, simplemente genial. Besotes.
ResponderEliminarSiempre he admirado a la gente valiente. Y tu lo eres un rato.
ResponderEliminarBravo por ti.
Besos sincerados
wait, eso es fácil, simplemente es cuestión de conocerse a sí mismo, me alegro que te guste.
ResponderEliminarDani, la valentia es algo que admiro en los demás, pero no me cuestiono si lo soy o no,
un beso y gracias por leerme
leí en un libro una frase que me gustó: "yo no puedo amar a alguien si no lo admiro" y es bien cierto, admiramos sus cualidades y sus virtudes e inclusos sus defectos y con todo ello nos enamoramos...en este caso quien sabe admirarse a sí mismo sabe quererse y quien sabe quererse a sí mismo sabe amar a los demás...guada...eres genial!
ResponderEliminarangelina.