jueves, 3 de julio de 2008

fin de la historia

Seguía en la silla cuando mi mirada se poso en un libro grande, entre cuyas letras sobresalía la palabra Deportación, me llamo la atención en mi ingenuidad infantil y ya imaginaba nuevos juegos infantiles para mostrar a mis amigos que ya empezaban a quejarse de la rutina de jugar siempre a lo mismo, así que mi mano siguió la trayectoria de mis ojos pero era demasiado bajita y no llegaba, me puse de puntillas y pose mi índice en el lomo del libro y subió hacia arriba para agarrarse al final del libro y empujarlo suavemente hacia mí, cuando estaba a punto de terminar la misión unos ojos, los ojos más tristes que había visto en mi vida se clavaron en los míos, dí un respingo del susto y allá que nos fuimos, silla, libro y yo hacía el centro de gravedad, aterrizando con brusquedad, la silla se deslizo hacia atrás, el libro como si tuviera vida propia se abrió por la mitad y se quedo a medio metro de mi, las imágenes que me mostraron no eran de acampadas y juegos y diversión y niños y aquello que mi cabecita había imaginado. Las imágenes que mostraban eran tristes, había niños si pero sus miradas se me atravesaban, no sabía que eran ni qué hacían allí parados, mirando a cámara, era la primera vez que observaba la realidad de la vida, la vida no eran ni Perrault ni Andersen ni a lo que yo estaba acostumbrada, aturdida leí o más bien deletree unas cuantas palabras entre ellas Bayer, que ni idea de lo que significaba, alemanes, niña judía, campos y experimentos, recuerdos esas palabras porque mis padres llevaban un año prohibiéndome que tomara aspirinas, lo tenía terminantemente prohibido según palabras de mi padre porque era malo para mi era su respuesta ante mi pregunta de porque era la única en casa que no podía tomarlas (por lo del oído) así que aún aturdida, vi a mi hermano mayor pasar delante de la ventana, me levante y todo lo rápido que pude, cerré el libro, lo cogí, agarré otra silla esta más grande y me subí para volver a colocar el libro en su estante.

Mi hermano apareció, me revoloteó el pelo y bromeo conmigo, yo mustia, mi hermana vino y me gasto bromas, yo seguía mustia y sin ganas de nada, lo único que hacía era darle vueltas a esa cara, esos ojos tristes, esa mirada, esos niños parados en el campo con ropa vieja y sucia, piedras, hierros, vino mi otro hermano y empezamos todos a jugar, intenté centrarme en el juego pero algo me rondaba la cabeza.

Aquella noche tuve pesadillas y volví a cometer el delito que más o menos había empezado a superar que consistía en atravesar a altas horas de madrugada el pasillo en dirección a la biblioteca, atravesarla hasta la habitación de mis padres (estaba dentro de la biblioteca a la derecha) y una vez allí empujar la puerta y subirme a la cama para ponerme en medio de ellos, mi padre se despertó por mi intromisión y decepcionado me volvió a llevar a mi cama.

Al día siguiente en el desayuno, mi madre con cara de cansancio se tomó una aspirina, las letras Bayer de la cajita me llamaron la atención, ma…. Le dije…. Yo también quiero una…… no…. Fue la respuesta de mi madre… y yo…. pero porqué…….la respuesta de mi madre fue la misma de siempre, porque era malo para mi….. fue decirme eso y yo montarme una película, bueno como siempre me decían mis hermanos que era adoptada, y todas esas historias que te cuentan para hacerte rabiar, entonce le pregunta a mi madre si yo era judía…… mi madre con cara de asombro se reía decía pero que dices? Mis hermanos riéndose, el mayor contesto que no, que más bien era un garbanzo, el otro se partía y señalando mi cabeza añadió bueno con estos pelos yo diría una coliflor, todos se reían y yo con cara de jo….. pero soy judía o no?

Creía que algo malo me iba a pasar, todas las noches durante una semana, las pesadillas, esos ojos me tuvieron en la necesidad de buscar protección, así que volví a delinquir por las noches y a faltar a la promesa que le hice a mi padre de no ir a su habitación, de estar en la mía y ser valiente, una semana en la que como un ladrón iba a la habitación de mis padres en busca de algo que me hiciera olvidar esos ojos. No quería entrar en la biblioteca, tenía miedo, ni siquiera entraba para recibir los viernes la paga mensual para pipas, ni acompañaba a mi hermana en la misión solapada de registrar cajones tras cada clase de mi padre para coger todas las chuches, bollicaos, pipas, gominotas y demás que mi padre había requisado a los alumnos rezagados.

Varias semanas después y ante la medida drástica de mi padre de poner un cerrojo en su habitación, y las quejas de mi hermana por despertarla, mis gritos de pesadillas, empecé a soñar, con la salvedad de que era yo la que provocaba los sueños, me obligaba a soñar con Superman o cualquier héroe que agarraba como podía a esas personas de esas miradas y las ponía en cualquier rincón en el que estuviera completamente a salvo, todas las noches salvaba a uno, hasta que las miradas tristes, los niños, los campos, las alambradas, y todo lo que rodeaba se fueron difuminando, hasta desaparecer por completo.

Mi intuición no me fallo y gasté medio paquete de kleenex, se lo he prestado a mi hermana para que lo lea, es un libro necesario, te hace pensar, y eso es bueno.

La historia más estúpida que he contado y la culpa es de las pastillas, habrá otras historias, sobre mi padre por ejemplo, si alguien ha influido en mi, ha sido él, la putada es que sólo estuvo hasta mis diez años.





13 comentarios:

  1. Joder Guada, sigo pensando que tienes que escribir un libro...me has sobrecogio con esta minibiografia...eres una gran escritora!
    Besos!
    angelina

    ResponderEliminar
  2. ...es una historia preciosa guada...yo creo que no por las pastillas, sino porque eres un cielo de mujer...
    ...me has hecho reir a carcajada con tu tarea de preguntar si eras juía y la respuesta de tu hermano...un grabanzo! o mejor una coliflor!...ay que gracia...
    ...y me ha conmovido como salvabas cada noche a uno de esos niños, a cada una de esas personas que tanto te impactaron...de que manera más simple e inocente te practicaste una "autoterapia" de superación y, a tu manera, de salvación...
    ...con pastillas, sin pastillas...da igual...tu por dentro eres un crack nena...no cambies nunca, por favor...

    ResponderEliminar
  3. ...chiquilla será por faltas que he cometido? juia por judia y grabanzo por garbanzo...que estaba yo muy apasionada escribiendo y sigo cometiendo el error de no releer lo que escribo, en un afán de no cambiar ni una sola palabra de como me salen del corazón...disculpas pues...

    ResponderEliminar
  4. Tienes muchisimas cosas muy buenas pero lo q mas me gusta es, precisamente, tu sensibilidad. En este caso ,toda esa mezcla d humor, drama, biografia etc etc me ha impresionado. Y si t soy sincera: mas q eso.
    Precioso
    un besazo

    ResponderEliminar
  5. Gracias por visitar mi blog, y por el regalo de tus palabras.

    Este fin de la historia me parece muy interesante.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Una historia enternecedora por lo que respecta a tu actitud, a tu inocencia infantil pero desgraciadamente real. Mi abuelo estuvo en un campo de concentración nazi. Me ha gustado mucho como has ido hilando toda la narración.

    Enhorabuena por el relato.

    ResponderEliminar
  7. Angelina, cuanto tiempo? eh, qué tal la pierna? ya andas bien, ya le has puesto la zancadilla a alguien jejejeje, gracias por entrar y por tu comentario, que viniendo de ti es de agradecer
    mimundo que decirte, tu que me ves con buenos ojos, muchisimas gracias por tus comentarios, supongo que sí, que los niños desarrollamos recursos para salir de situaciones raras, o será que yo de por sí soy rara,

    ResponderEliminar
  8. Vaya, historia más interesante, tierna y escrita con mucho amor,
    ¡Felicidades!
    Me encanta tú blog,
    Un beso

    ResponderEliminar
  9. sara, bueno, agradeceselo a las pastillas, y menos mal que mañana se acabaron jejeje, entonces volveremos a los posts sosos y a dejar de ser patética y rogar y perder un poquito la dignidad, bueno yo me entiendo
    maria, el gusto es mio, tu blog es genial,
    xavi viniendo de ti es un halado, pero me remito al primer párrafo, las pastis jejejeje
    lucia-m me alegro de tu visita en esta taberna, siéntate que sirvo algo, ron? vodka? eres abstemia? jejeje
    un besazo a todos

    ResponderEliminar
  10. Guadita...aisss, que te nos arrepientes cuando descubres el lado sensible, jijiji!!!
    Te cuesta eh ?? las pastillas...uhmmm....algo influirán, claro que sí.
    De todos modos, a mi tambien me ha parecido un relato bonito, tierno y que refleja en cierto modo esa incomprensión familiar que muchas veces nos muestras ya vivida desde niña.
    Ya te dije aquel día que aquí está prohibido fingir, así que,aunque tengas días ñonos y tontorrones, tú tranquila, que ya ves cómo anda el patio,jajajaj!!!

    Por cierto, Guada es un nombre real de mujer? Te lo pregunto porque nunca lo he escuchado...

    BESITOS, Y UNAS CHAPARRETAS!!

    ResponderEliminar
  11. jajaja chuspita, pues si, las pastis, el vino, las cañas, la playa, las tias, me vuelven ñoña, jajajja, pero bueno, hoy se han acabado las pastillas, no hay más, asi que vuelvo a mis soserías acostumbradas
    Sobre lo de el nombre, no lo has oido nunca? Ojalá fuera cierto, es mi nombre y no me gusta, de ahí los diminutivos Guada-Lupe,
    quizás algún día escriba post sobre eso
    un beso

    ResponderEliminar
  12. Así que Guadalupe eh ???? jejejeje!!! Pues mira, no había caído del guindo ni de coña!

    Una amiguita de mi perra se llama "Lupita" jajaja, y a mí es que me encanta!!!!

    Así que ya sabes...REBAUTÍZATE!!!

    Quedaría super molon "La Taberna de Lupita" no ????

    ...Coñon desde luego sí.....Yo me lo pensaba,jaja!!!!

    Besitos!

    ResponderEliminar
  13. A mi el libro me partio el alma. Besos mi Guada con corazoncito judio :) Besos.

    ResponderEliminar